Desde
la antigüedad el hombre se ha interesado por la respuesta de las plantas al
ambiente, y ha llegado a la conclusión de que sus esfuerzos deben concentrarse
en la creación de las condiciones necesarias para asegurar el crecimiento y
desarrollo normales de las plantas, como medio para lograr, además de elevados
rendimientos en la producción agrícola, el mejoramiento de la calidad en sus
cosechas. Los consumidores actuales no solo requieren de una amplia variedad de
productos vegetales, sino que exigen, además, que dichos productos se obtengan
siguiendo normas de calidad cada vez más estrictas.
La
producción de cultivos, un proceso directamente relacionado con el crecimiento,
es una función del suelo, el clima, y el manejo, principalmente, y la manera de
cómo estos factores influyen en la producción es a través de mecanismo muy
diversos. Dado que los procesos involucrados en el crecimiento son numerosos,
así también, son muchos los factores mediante los cuales son influenciados y
controlados los distintos procesos. Como factores del crecimiento se consideran
a todos aquellos agentes físicos, químicos y bióticos que pueden influenciar el
crecimiento de las plantas, desde la germinación hasta la cosecha.
De
todos los factores que influyen sobre el crecimiento y producción de las
plantas cultivadas, la nutrición vegetal, sin lugar a dudas, es uno de los que
pueden ser más determinantes. Esta disciplina de la fisiología vegetal y de la
ciencia del suelo se ocupa de estudiar los procesos involucrados en la absorción
y asimilación de nutrimentos por las plantas superiores, así como de los
factores que los afectan y su relación con la producción y calidad de las
cosechas.
La FAO, en 2003, en la
Conferencia sobre Papel de la Fertilización Sostenible en la Seguridad
Alimentaría Mundial (Global Food Security and the Role of Sustainable Fertilization)
establecía la necesidad de racionalizar el uso de fertilizantes, y se argumentaba:
• Las necesidades de
alimentos aumentarán en un 60 % en 30 años.
• Los fertilizantes de
origen mineral compensan la pérdida de nutrientes y evitan la mineralización de
materia orgánica. Mantienen la fertilidad de los suelos.
• Las fuentes orgánicas
de nutrientes no bastan para compensar las extracciones realizadas por los
cultivos. Así mismo, una producción orgánica resulta de “gran impacto y
obligaría a la roturación de tierras” para compensar el descenso de rendimientos
agrícolas y las necesidades ganaderas de pastos y forrajes.
• La aplicación de
fertilizantes ayuda al desarrollo óptimo de variedades altamente productivas
mejoradas genéticamente. En Francia el aumento del 625 % en la aplicación de
fertilizantes, desde 1950 hasta nuestros días, han conseguido el aumento del
400 % en rendimiento en el mismo periodo. Si bien era posible incrementar la
producción sin aumentar el consumo de nutrientes.
• El uso de la
biotecnología resulta cada vez más necesario para mejorar la eficacia en la
absorción y utilización de nutrientes por la planta. En ocasiones constituirá
en función de la especie una marcha atrás en el trabajo realizado por la mejora
genética.
• El conocimiento de la
biología del suelo y la materia orgánica, la química y la física, como
herramienta de gestión de nutrientes.
• Establecer el manejo
racional de fertilizantes como un eslabón más de la gestión integrada del
sistema de producción. De esta forma la buena planificación en el aporte de
nutrientes influye positivamente en el éxito de los sistemas integrados de
manejo de plagas.
El papel de la
Nutrición Mineral se ha observado normalmente como un factor limitante del
cultivo, que, junto con el agua, bien manejada, ha traído tradicionalmente un
incremento de rendimiento. Si bien no constituye un factor determinante, como
lo son la radiación, temperatura, CO2, características del cultivo
(fisiología, fenología, ...). Estos factores condicionan la productividad
potencial que generalmente difiere de la productividad real dada la existencia
de enfermedades, malas hierbas, plagas y contaminantes ante los cuales hay que
ejercer una labor de protección.
La
nutrición vegetal, nutrición de cultivos o nutrición mineral, nombres con los
que se conoce la disciplina, ha de dar respuesta a una serie de interrogantes
que frecuentemente se plantean en relación a los requerimientos nutricionales
de las distintas especies de interés agrícola, como: ¿cuáles nutrimentos son
limitantes en distintos agrosistemas?, ¿en qué cantidad?, ¿en qué forma
química?, ¿en qué estado fenológico?, ¿cómo se absorben y transportan?, ¿cómo
afectan la producción y la calidad? Cuando se disponga de la información para
responder a esas preguntas, se estará en posición ventajosa para tomar
decisiones acerca del manejo nutricional de cada cultivo en particular, con una
alta probabilidad de éxito.
FUENTE.
Gabriel Alcántar González y Libia I. Trejo-Téllez (coordinadores). 2009. Nutrición
de cultivos. Colegio de Postgraduados y Mundi-Prensa México S.A. de C.V.
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